Christie era joven e inocente cuando conoció al director de cine Jared Buchanan, y se enamoró de él. Jared también la amaba, pero no estaba dispuesto a reconocer las ambiciones profesionales de la chica, y quería que se dedicara sólo al hogar, de modo que Christie decidió abandonarlo.

Tres años después, convertida en una actriz famosa, había llegado a la cumbre. Profesionalmente había logrado todo lo que ambicionaba, sólo le faltaba una cosa, interpretar el papel de su vida... ¡Y se lo habían ofrecido! Pero Christie no había contado con un pequeño inconveniente: el director de la película que la consagraría como una de las mejores actrices de Hollywwod era... Jared Buchanan.